Mi pequeño primogénito acaba de cumplir 9 años. Dar nueve
vueltas al sol ha significado un crecimiento interno que me asombra cada día
más. Ayer mismo, al observar que su pequeño hermano se había quedado sin cuatro
de sus cinco paquetes de tarjetas coleccionables (aún sin abrir) por su mal
comportamiento, decidió no abrir más que un paquete de los cinco que se le
habían comprado a él. Hoy en la mañana encontré los cuatro paquetes cerrados y
le pregunté porque no las había abierto, y con naturalidad me dijo: “por
solidaridad con mi hermano”. Tengo la fortuna de saber que a muy corta edad mi
hijo está listo para la vida.
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